“Me sentaba horas, fuera del museo a oír el sonido de los skates, se acercaban, se alejaba, chocaban, caían y volvían, insistentes, derrotados.
Me quedaba horas mirando sin ver, en trance, hipnotizada, absorbida, casi sin pensamiento, no sabía si la vida era real, se disolvía el blanco y negro, las ruedas rayaban, surcando el cemento, creaban una trama sonora, yo también me disolvía. Una meditación urbana”
MACBA, BCN 2012